La inteligencia artificial está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana, desde los motores de búsqueda hasta los asistentes virtuales y los chatbots en línea. Uno de los últimos avances en este campo es ChatGPT, un modelo de lenguaje basado en GPT-3.5, que puede comprender y generar texto humano de manera sorprendente.
En el programa Despierta Aragón tuvo lugar un interesante debate con Javier Mateo, decano del Colegio de Ingenieros de Telecomunicación de Aragón, y los responsables de dos empresas aragonesas que desarrollan aplicaciones con inteligencia artificial, Andrés Visus de PredictLand y Eduardo Navarro de ZZ Data Labs.
La inteligencia artificial, y especialmente ChatGPT, está transformando el mundo de la comunicación y la interacción humana; una revolución que está más que justificada, estamos ante una aplicación que sorprende, pues de manera sencilla puede hacer redacciones o resumir textos grandes con un lenguaje que está bastante bien conseguido, por lo que es importante que la conozcamos y sobre todo, que lo sepamos utilizar; tenemos por delante unos cuantos años de inteligencia artificial aplicada a casi todo.
Las aplicaciones de la inteligencia artificial son absolutamente infinitas: se va a aplicar en comunicarse y en tomar decisiones, entre los aspectos más importantes. Vivimos una sociedad con una gran cantidad de información generada, pero hay que saberla procesar, sino se convierte en desinformación y, para eso, por ejemplo, nos puede servir la inteligencia artificial.
Muchos beneficios, pero no hay que olvidar que también peligros y riesgos de diferentes tipos; lo primero que tenemos que hacer antes de utilizar esta tecnología es leernos lo que dice la letra pequeña de ChatGPT, toda la información que nosotros le suministremos la va a utilizar y va a quedar ahí, servirá para ir entrenándolo y a la vez la puede utilizar, por tanto tenemos que saber que la información que le demos, no debería ser sensible, no deberíamos cometer errores como dar nombres y direcciones y datos reales; además también está el problema de que nos confunda y que no se proteja la autoría de determinados trabajos.
En empresas como la aragonesa Predictland se dedican al desarrollo de inteligencia artificial completamente a medida, las empresas plantean una serie de necesidades y ellos buscan cuál es el mejor medio mediante la tecnología artificial para dar la respuesta. Un ejemplo puede ser cosas tan curiosas como prever cuánto se va a vender de un producto que todavía no ha salido al mercado. La inteligencia artificial o machine learning es prácticamente lo mismo, es decir, aprendemos de datos, siendo capaces de encontrar patrones y correlaciones se es capaz de reproducir o anticipar lo que va a suceder, lo que servirá a las empresas para tomar decisiones. Aunque parece que es algo muy novedoso, ya se lleva unos años con la utilización de la inteligencia artificial, lo que está pasando ahora mismo es que, como lo que hace es aprender de datos y ahora tenemos muchísimos datos y muy accesibles, permite que vaya todo mucho más rápido.
En el caso de otra empresa aragonesa, ZZ Data Labs, trabajan sobre todo con comercios, desde grandes cadenas a pequeños comerciantes y lo que hacen es introducir tecnología, entre ellas inteligencia artificial en toda la cadena de valor: desde donde tengo que abrir el próximo local, cuál sería el mejor sitio donde abrirlo, hasta la manera de optimizar la logística o los precios. En tiempos de pandemia uno de los primeros trabajos que se realizó fue un modelo de redición de cómo iba a ascender el Covid y cómo iba a afectar la movilidad, un proyecto en colaboración con el ITA.
Estos cambios en la forma de trabajar nos llevan a preguntarnos si esta tecnología va a destruir muchos puestos de trabajo en los próximos años, es cierto que puede haber determinados profesionales que cambien su forma de trabajar, porque esta tecnología les va a ayudar mucho, el problema es que si lo único que hacían era reproducir los datos, es posible que lo haga mejor la inteligencia artificial; pero tenemos que pensar que la creatividad en aportar cosas nuevas es algo intrínsecamente humano, y que la inteligencia artificial se nutre de cosas que ya están hechas, por lo que nuestro trabajo deberá enfocarse a continuar siendo capaces en el futuro de aportar cosas nuevas.
Lo que queda claro es que es importante que sean personas las que utilicen la inteligencia artificial y no sean máquinas las que acaben sustituyendo el trabajo de personas; para esto es importante no solamente la responsabilidad, sino también la democratización. Censurar esta tecnología como lo ha hecho Italia no es la solución, más bien puede llevar a que se usen quizás de una forma interesada por parte de gobiernos o compañías, es bueno que la gente las pueda utilizar y cuanto más se conozca de ellas, más fiable será su uso.
De lo que no hay duda es de que vamos a seguir hablando mucho en los próximos años de este tipo de herramientas y dan para muchos debates.
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