El 19 de abril de 2024 marca un hito histórico en las telecomunicaciones españolas: el adiós definitivo al cable de cobre.

Tras más de 150 años de servicio, la red de cobre, base de la telefonía convencional, se apaga para dar paso a la era de la fibra óptica. Un cambio tecnológico que supone un salto gigante en la velocidad, la estabilidad y la capacidad de las comunicaciones.

La desaparición del cable de cobre es una evolución necesaria para adaptar las infraestructuras a las demandas actuales y futuras. La fibra óptica ofrece una velocidad de transmisión de datos exponencialmente superior, permitiendo disfrutar de internet de alta calidad, streaming sin interrupciones y videollamadas sin cortes.

Un cambio tecnológico que no solo beneficia a los usuarios finales, sino que también supone un impulso para la digitalización de empresas y administraciones públicas; la mayor capacidad de la fibra óptica permitirá el desarrollo de nuevas aplicaciones y servicios, abriendo un mundo de posibilidades en sectores como la telemedicina, la domótica o la inteligencia artificial.

El apagado del cable de cobre marca el final de una era y el comienzo de una nueva. Un futuro donde la fibra óptica nos permitirá estar más conectados, comunicarnos con mayor fluidez y acceder a un sinfín de posibilidades digitales.

Un tema muy interesante y de actualidad sobre el que entrevistaron a Javier Mateo, decano de COITAR, el pasado día 9 de abril para escribir este artículo en la sección de noticias de Aragón Televisión; y posteriormente, el lunes 15 en “Aragón en la Onda” de Onda Cero, dónde le detalló a Lourdes Funes el gran hito que supone, y lo apasionante que es la historía de la telefonía fija, pero eso lo dejamos para otro artículo.