El blockchain es la traducción de cadena de bloques, de forma rápida podríamos decir que es una enorme base de datos que es segura gracias al cifrado de la información, y que permite registrar todo tipo de transacciones, la idea de este sistema es eliminar los intermediarios que puedan dar fe de esta transacción.

Algo tan actual y que hoy nos es muy familiar, no es nada nuevo, pues ya hay estudios y disertaciones en los años 80, y en 1991 ya se presentaron trabajos preliminares sobre los que será esta cadena de bloques, posteriormente, en 2008, ya se presenta un paper en el que ya aparece la estructura de lo que será el bitcoin, que es un tipo de criptomoneda, el primero y más conocido, y en 10 meses ya se lleva a cabo por primera vez una transacción con bitcoins.

Más allá de la tecnología que hay detrás, lo importante de este proceso es que hace que los usuarios sean anónimos con sus transacciones y evita intermediarios. Pero este método también tiene peligros, ya que hablamos de algo muy volátil, y las reglas en las que se basan, no son a las que estamos habituados.

Pensado en Aragón, es interesante saber que nuestra comunidad es pionera en contratos públicos mediante blockchain; además Zaragoza va a acoger este año un congreso en octubre sobre blockchain. De nuevo, estamos en la vanguardia.

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